Quantcast
Channel: Las Horas Perdidas » Miel de Naranjas
Viewing all articles
Browse latest Browse all 5

LOS TÍTULOS, SIN FRUTAS NI TIEMPO

0
0

La semana pasada supimos que Miel de Naranjas, la última película de uno de nuestros ilustres, Imanol Uribe, se la pegaba en taquilla con 17.000 espectadores en 143 cines durante el fin de semana de estreno. Suponiendo que se programen 3 sesiones por día durante los tres días del fin de semana, supone una media de poco más de 13 espectadores por sesión.

¿Por qué semejante batacazo? Los más agoreros mentarán al instante el eterno argumento de “es que es otra peli de la Guerra Civil” (y sus variantes de “rojo de mierda”, “mantenido”, “los de la ceja otra vez con lo mismo”, bla, bla, bla). Eso es no querer profundizar realmente en el problema, y sí, vengo a descubriros la auténtica verdad. El problema es que no se puede titular un thriller ambientado en la Guerra Civil con un nombre propio de una receta del menú de verano de la revista Pronto. Me da igual si está basada en un libro con el mismo título, que no es el caso, o que buena parte de la historia gire en torno a una historia de amor imposible. Ni la miel ni las naranjas me inducen a pensar en que lo que voy a ver es un tenso thriller con tintes históricos. Lo que me sugiere es un desayuno, o peor aún… ¡UNA DIETA! El cartel tampoco ayuda, que uno puede ambientar su película en los 50 y no por ello parecer una serie de superéxito de La 1, la única cadena hecha por y para ancianos.

Estoy seguro de que el título tendrá su por qué dentro de la historia, pero es poco vendible, y como comentaba antes, ya que vamos a tener a la mitad del público potencial pensando “es que es otra peli de la Guerra Civil”, pongámonoslo fácil. Ahí van mis propuestas:

- Comando Antifacha: Vale, es muy sectario, pero en plena crísis económica y con buena parte de los responsables desviando la atención hacia insignificantes problemas de patriotismo, seguro que a más de un parado le apetece ver cómo ajustician a algún rancio personaje histórico… Aunque bien pensado, los parados seguramente no vayan mucho al cine.

- Matoners: Está mal escrito, sí, pero suena a Transformers. Para mi es suficiente.

- Filete con Patatas: Puestos a poner un título gastronómico mejor tirar por un clásico que nunca falla. Te puede no gustar el pescado, te puede no gustar la verdura, puede que tengas alergia a la lactosa, pero un filete con patatas es un éxito asegurado en cualquier mesa. ¿Por qué no en el título de una película?

Ahora me diréis que hay películas que tienen títulos con fruta y que han funcionado bien como Fresa y Chocolate o El Olor de la Papaya Verde. No me vale, el primero tienen fresas, sí, pero su efecto coñazo se anula con el chocolate, que gusta a todo el mundo. El segundo es una película franco-vietnamita, para simplificar, chinos. Los chinos son capaces de venderte alimentos caducados aunque se dejen larga la uña del meñique y coman fideos detrás del mostrador. Es un talento con el que no podemos competir.

Hasta tenemos antecedentes catastróficos donde la carrera de un grupo infantil de éxito se fue al garete por una canción titulada “Toma Mucha Fruta”. Hablo de los míticos Bom Bom Chip. La fruta es a los niños lo que un pajero gordo a la tiabuena de clase y versos como “llena tu nevera con kilos de peras” acabaron con todos los miembros del grupo en el más oscuro de los olvidos. Seguramente ahora sean yonkis o funcionarios de correos.

Pinche aquí para ver el vídeo

HABLEMOS DEL TIEMPO

El tiempo es relativo, como bien ejemplificaba Einstein con su teoría de la relatividad. Por eso, si una película incluye en su título palabras como “minutos” y, sobre todo, “segundos”, la gente acudirá a las salas como un grupo de chonis a un tupper sex. Por ejemplo, 60 Segundos, una birria de peli que funcionó bien. Sin embargo, si ponemos “horas” o simplemente “tiempo” ya puedes rezar para que alguien de menos de 80 años, gente para la que ver Qué Tiempo tan Feliz es como una rave en Ibiza para Pocholo, decida ver tu lúdica propuesta.

El uso del tiempo es peligroso. Ahí tenéis una estupenda película como Lo que Queda del Día, que por mucho prestigio que tenga, y aunque salga Anthony Hopkins cuando hacer cine le importaba algo, cuesta que te atraiga. Y no hablemos de Las Horas del Día, de Jaime Rosales, ganadora del Goya a la mejor película pero de recorrido anecdótico en salas. Suena a largo de cojones, a plano fijo, a gente encuadrada en la esquina inferior de un plano ocupado por una pared en blanco.

“¿Y Límite 48 Horas?” No vale, lleva la palabra “límite”, el tiempo es finito, es más, vas a contrarreloj. Por eso, películas que dan un límite al tiempo o adjetivan dicha duración con algo que aluda a la urgencia se venden bien: 37 Horas Desesperadas, 127 Horas… la serie 24 que hasta evita la palabra. Si buscáis en IMDb casi todos los títulos que incluyen palabras como “horas”, “días”, etc. van acompañadas de una cifra que limita ese tiempo. Si nos ponemos abstractos la cagamos.

“Pero si hay pelis como Las Horas que han arrasado en taquilla y han ganado premios”. Claro que sí, pero es que tiene a Meryl Streep, la única actriz capaz de vender al gran público una película hecha para mayores de 50, y además sale Nicole Kidman con la nariz de Miliki. El clásico morbo de ver a una actriz guapa transformada en un cayo malayo. Hoy día, que ya no necesita que la afeen con esa sonrisa de “me está asomando la tortuga y no quiero que se me note”, ya no vende ni pipas.

Atrapado en el Tiempo (que en inglés, por supuesto, no se llama así) hasta tiene un despertador en la portada, pero ahí está Bill Murray con su cara de coña para salvar el tema. Ojo, que es que Murray te está salvando una peli con Andie MacDowell, posiblemente la actriz más aburrida de la historia. Si logra transmitir diversión con semejante percal tiene el cielo ganado.

“Cabrón, qué pollas me estás contando, pero si tu web se llama Las Horas Perdidas”. Pues eso, se han perdido. ¿Dónde están las horas? ¿Lo sabes tú? Yo tampoco.

En definitiva, que hay que tener mucho cuidado con como titulamos una película. No aburramos desde el propio título. En Hollywood lo tienen muy claro y por eso nos venden más de un mojón con títulos trepidantes. ¿A caso habríamos ido a ver A Todo Gas si se llamase Mucho Rato en un Coche? ¿Habría tenido el mismo éxito Los Vengadores si se hubiese llamado Los Primos de Zumosol?


Viewing all articles
Browse latest Browse all 5

Latest Images

Trending Articles





Latest Images